lunes, 14 de octubre de 2013

Evaluación multiplataforma - evaluación transmediática.


Desde hace un tiempo vengo dándole vueltas, y haciendo varios intentos, a encontrar estrategias para modificar las obsoletísimas formas de evaluar que tenemos  estrategia de validación de los aprendizajes para promover en las instancias educativas.

Tanto así, que he realizado varias ensayos, en los que no pienso cejar, de distintas estrategias de evaluación. Que doy fe, fueron percibidas como innovadoras y disruptivas, pero también incómodas, hasta que alumnos y colegas llegaron a valorar.

Ante todo, debo decir que estoy en absoluto de acuerdo con la necesidad de evaluar en los distintos niveles educativos. En principio, porque de alguna manera es necesario dejar en claro en qué medida se lograron los objetivos, que en el sistema educativo –aunque no siempre es así lamentablemente -  se entiende que se miden en clave de aprendizaje. Digo “no siempre es así” intencionalmente.

Todos  los participantes, todos sin excepción, sean directos e indirectos del sistema educativo necesitan la evaluación – me animo a decir que depende de ella-. Los alumnos necesitan saber en qué medida han aprendido, los docentes de qué forma han enseñado. Pero también están atentos a esto las familias y los mismos miembros directivos de las instituciones escolares. Ni qué decir de los funcionarios que deben tomar decisiones. De hecho, cada decisión en cuanto a inversión se refiere está teñida o de algún resultado previo o de algún resultado esperado.  El impacto en la recepción de los últimos informes PISA lo confirman.  

Es notable como los expertos en educación, y específicamente los expertos en educación mediada por TIC, venimos trabajando en incorporar tecnologías –con la arquitectura que sea - , cómo los gobiernos hacen inversiones impresionantes en inyectar tecnología en los centros educativos pero, a la hora de evaluar, silencio. Finalmente, se siguen evaluando resultados de rendimiento.

He recorrido experiencias de colegas en las que cuentan cómo hacen sus clases participativas, cómo han incorporado en las aulas o en el estudio de sus alumnos o en sus maneras de impartir clase.  Hemos leído y producido miles de bytes para describir cómo fomentar la creatividad en nuestros jóvenes. Pero cuando preguntamos por la evaluación, a lo sumo se ven muchos casos –y esto es muy bueno- en la que se animan a innovar incorporando alguna aplicación Web o alguna realización TIC por parte de los alumnos. Me refiero a cantidad de evaluaciones que rondan en: completar un blog, realizar un video, diseñar o producir un e-book, trabajar en  proyectos colaborativos.

La gran pregunta que me mueve a trabajar la evaluación de otra forma es: ¿Cómo se aplican –en la cotidianeidad- esas modalidades innovadoras? Me animo a decir que en casi la totalidad de los casos, se aplica a todos los alumnos de un curso por igual. 

A mi entender, estas evaluaciones –aún con grandes intenciones- son versiones digitalizas del “saquen una hoja”. Me pregunto constantemente, por qué si estamos empezando a aceptar - y nos abanderamos en ese discurso -, que los alumnos aprenden de manera multimedial, que los alumnos no tienen el mismo ritmo de aprendizaje, que los alumnos no incorporan saberes por los mismos medios; no nos resulte obvio que pueden –y necesitan- demostrar lo que creen que aprendieron de distintas formas, en distintos soportes, con distintos multilenguajes.

¿Será porque termina sucediendo que los profesores se sienten más o menos cómodos con un medio determinado y, por tanto, tienden a evaluar en ese mismo medio?
¿Será porque en las instituciones se necesitan que las estrategias de evaluación y, por ende sus resultados, sean comparables?
¿Será porque se necesitan profesores multiplataformas para poder evaluar de esa manera, y aún no están listos para eso?

Son sólo algunas opciones. Realmente creo que quedarnos con sólo uno de esos ¿“será qué?” es muy simplista, creo que hay un poco de todo. Y mucho más.

En este último mes, vengo observando distintas instancias, algunas más teóricas, otras más prácticas, que se plantean algunas líneas en este sentido. Ahora de ¿Cómo hacerlo? aún no se ha llegado a mucha discusión.
Juan Domingo Farnós, en su artículo “Evaluar es personalizar los aprendizajes” dice que "si los enfoques tradicionales evaluativos describen un ecosistema uniformizado, estos argumentos actuales no solo ya no sirven, sino que ya no son necesarios". Nos plantea a modo de alternativa la computación ubicua. Hay que probarlo, creo que es una línea valiosa a explorar.

De lo que estoy segura es que no debería haber solo una estrategia, o sí. Una multiestrategia. 

Una estrategia que ponga en práctica lo que en un momento, en ocasión de presentar mi experiencia como experiencia innvadora para el tema: Visión y tendencia Educativas de Futuro en el Encuentro de Educared  2012-2013 "Cómo debería  ser la Educación del Siglo XXI"  que organiza Fundación Telefónica  llame evaluación consensuada. .   

Pero me he decidido a cambiarle el nombre. La llamaré evaluación multiplataforma específicamente porque creo que deberíamos encaminarnos a una evaluación transmediática que sólo es posible si incorporamos las multiplataformas, los multilenguajes.

Pienso que si los medios de comunicación nos ofrecen sus contenidos en multiplataforma (porque saben que cada uno de nosotros accede a la información desde distintos dispositivos), que si los festivales de cine – el de Sitges recientemente – incorpora la categoría “realización con celulares”, que si una televisión pública como RTVE ofrece una serie de carácter ficción histórica no solo como un contenido de entretenimiento en las distintas plataformas para las que produce, sino que se ha convertido en generador de contenidos paralelos relacionándolos con lo educativo, como lo es la serie Isabel, en una clara acción transmediática, con presencia, además, en las redes sociales más numerosas: Twitter, Facebook, Instragam; ¿Por qué no podemos abrir la puerta a la multiplataforma y la transmedia en las escuelas, específicamente para evaluar?

Lo que sí creo es que, en esto, tenemos que empezar por los profesores y por las escuelas, aunque me pese decirlo porque siempre se empieza por lo mismo - los profesores que cargan con la responsabilidad de obligarles a probar y probar -. En este caso estoy convencida que así debe ser porque sigo creyendo que los docentes sienten que pueden aplicar de forma más posible y más cercana para enseñar, aquellas estrategias con las que han aprendido.

He realizado esto en varias oportunidades con mis alumnos modalidad presencial y puedo decir que es posible. Lo he trabajado con alumnos-docentes que cursan una postitulación de Educación con TIC en una la Universidad del Salvador - Universidad Privada, también con otros alumnos que cursan una licenciatura en educación en una la Universidad Nacional de Moreno - Universidad Pública. Tanto, que en mi curso actual de maestría en educación, estoy poniéndolo en práctica en este momento.

En próximas entradas iré contando cada una de las experiencias.

La pregunta clave es:  ¿por qué evaluar a todos los alumnos de la misma manera si sabemos que son todos distintos?

Mi respuesta es:

Pongamos sobre la mesa una forma de evaluar en la que cada alumno pueda decir en qué medio y con qué soporte le propone a su docente que cree que puede demostrar de la mejor forma posible aquello que cree que ha aprendido.

Alejandra Santos


2 comentarios:

  1. Este es un tema muy importante: La escuela inclusiva es primero de la diversidad, es decir si respetamos la diversidad de apropiación del saber no tendríamos que hablar de inclusión. En la diversidad también como planteas deberíamos posibilitar el acceso al saber desde diversas posibilidades de acceso y por lo tanto evaluar desde distintas formas.

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  2. Esta pergunta é perfeita: " ¿por qué evaluar a todos los alumnos de la misma manera si sabemos que son todos distintos?". Muito bom o texto professora Alejandra!! Adorei!!!

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Alejandra Santos - Ingeniera en Sistemas de Información. Especialista en Tecnologías para la Educación. Directora del Ciclo de Licenciatura en TICs aplicadas a la Educación. Desarrolladora de Contenidos digitales educativos.