lunes, 18 de noviembre de 2013

Mejorar experiencia de usuario

Esa era la consigna para la segunda entrega del curso de creatividad que dicta Dolors Reig. Hacer una propuesta de mejora de la experiencia de usuario que implicara alguna acción creativa.

Mi propuesta tiene que ver con incorporar acciones innovadoras que conviertan la experiencia de la evaluación en algo diferente.

Los proyectos de inyección tecnológica en el sistema educativo, cualquiera sea su arquitectura, en general están enfocados a fortalecer la enseñanza y el aprendizaje. Vemos, por tanto, que su implementacción necesitan 3 pilares específicos: el primero, claramente la provisión de equipamiento, luego capacitación docente y desarrollo de contenidos educativos digitales.

Sucede que estas propuestas intentan hacer pie en lo que sucede en el aula o por fuera del aula, tal es el caso de uso de redes sociales, herramientas de autor, aulas invertidas, secuencias didácticas, realización de videos o de propuesas multimediales.

Empieza a notarse la ausencia de que estas acciones que se espera promuevan el desarrollo de múltiples inteligencias en los alumnos y reconozcan que cada alumno es diferente al otro, se desarrollen también en el momento de la evaluación.

Si bien existen acciones que incorporan TIC que tienen una tendencia a promover actividades no convencionales como el aprendizaje basado en retos, problemas y proyectos, que tan bien nos contaba Fernando Trujillo en el marco del Congreso de Educared, no se observan - o por lo menos no he encontrado y eso que indagué bastante - acciones realmente innovadoras a la hora de evaluar.

Sigue siendo la instancia de evaluación, una situación de temor, nervios, que remarca fuertemente la diferencia de situaciones de poder entre alumnos y docentes.

¿Cuál es la propuesta?
Lo que llamo evaluación consensuada, hasta ahora la llamo así porque no he encontrado un nombre que me satisfaga más, podría llamarse evaluación acordada, también.
Consiste en que cada alumno le plantee a su docente de qué manera quiere ser evaluado. No estoy hablando de qué contenidos evaluar, eso queda en función del profesor, sino que el alumno pueda plantear en qué formato, con qué soporte, de qué manera se siente en mejores condiciones para demostrar a su maestro aquello que cree que incorporó después del curso. El docente aceptará, objetará, guiará y así se llegará a un consenso o un acuerdo, como le queramos llamar.

Dejo el microvideo donde presento muy brevemente esta idea.



Así, en un mismo grupo de estudios, alguien querrá hacer un video, otro escribir un blog, otro desarrollar un proyecto y, tal vez alguno quiera rendir un examen tradicional de preguntas y respuestas.

Para esto, claramente se necesita que los docentes puedan leer la idea y los contenidos que presentan sus alumnos, en cada uno de los medios que aparezcan. Pero también, docentes que si no están en estas condiciones puedan pedir a sus alumnos que le expliquen de otras formas lo que están tratando de demostrar.

Creo que esta propuesta incluye varias cuestiones que valorar. La primera: los alumnos se adueñan de esa evaluación que proponen. Se fomenta así la responsabilidad, el respecto y el ejercicio -por lo menos la posibilidad de que así sea- de poner en práctica la invitación a que cada uno de los jóvenes se apoye en su inteligencia más desarrollada. La segunda: una forma de apropiación de la evaluación que la tiñe de un sentido que va más allá de la demostración de la incoporación/repetición de un contenido académico. La tercer: el ejercicio por parte de los docentes de múltiples estrategias de evaluación que podrán acercarlo a sus alumnos y a aprender - también él - distintas formas para demostrar un saber específico.

En mi caso he tenido varias oportunidades de hacer esto. Casi todas con resultados muy novedosos. Traigo el caso de un grupo de alumnos de ciclo de licenciatura en la localidad de Concordia, Provincia de Entre Rios, Argentina.  Fui su docente en su primera materia y en su última materia con tres años de diferencia entre una y otra. En las primeras clases, les anticipé una propuesta de este tipo y, además, les propuse que no solo piensen en cómo querían ser evaluados sino que yo aceptaría una variedad desde una evaluación por alumno, hasta una única evaluación de todos ellos. Eran 19 en el curso.  A los 3 años, a la docente que dictaba el anteúltimo seminario - Luz Pearson - le contaron de mi propuesta, ella se animó muchísimo.

¿Cuál fue el resultado?
El congreso TICER. TIC en Entre Rios ó TIC entre redes. El nombre se eligió por esa dualidad. Un congreso en línea que duró 3 días, que tuvo más de 20 ponencias, junto con actividades presenciales en 5 distintas localidades de la provincia de Entre Rios. Ellos hicieron el diseño del congreso, programaron la plataforma, decidieron las condiciones académicas de las presentaciones, decidieron los temas para tatar en encuentros presenciales, hicieron la selección académica de textos, grabaron cada una de las presentaciones -previendo posibles problemas tecnológicos- subieron a YouTube todas las presentaciones en menos de 24 horas de emitidas en vivo, armaron certificaciones y las enviaron a los ponentes.
Todo eso.... un orgullo. Miren si ha dado resultado una propuesta "poco conevncional" a la hora de evaluar.

Dejo el enlace al sitio del Congreso TICER. 


Datos personales

Mi foto
Alejandra Santos - Ingeniera en Sistemas de Información. Especialista en Tecnologías para la Educación. Directora del Ciclo de Licenciatura en TICs aplicadas a la Educación. Desarrolladora de Contenidos digitales educativos.